Cada año el CCM hace que uno de los clubes más grandes del mundo deje a un lado el futbol, los estratosféricos fichajes y toda la capitalización del futbol, para centrarse en lo más importante: la salud, concretamente la salud infantil.
Un partido para todos, donde los pequeños de la casa pueden pasar una jornada familiar, asequible y emotiva, donde el principal motivo es rendir homenaje a los niños que más lo necesitan. Con este fin la fundación Real Madrid destina todo lo recaudado a los proyectos de dicha fundación dirigidos a los pequeños más vulnerables, y a las asociaciones colaboradoras que se encargan de llevar a cabo esta labor.
Leyendas del calibre de Raúl González, Roberto Carlos, Butragueño, Gabriel Pires, Anelka etc. Se ponían a disposición de todas las familias madridistas que asistieron al Santiago Bernabéu.
En el ambiente se podía percibir la fiesta, inundada por el jolgorio y la energía de los sectores más benjamines. La grada en si era una celebración, repleta de canticos, de olas humanas que surcaban el campo de lado a lado y de ovaciones constantes a los veteranos jugadores; al fin y al cabo, una fiesta plagada de ilusión.
Real Madrid: Contreras, Dudek, Roberto Carlos, Pavón, Riviera, Julio Cesar, Llorente, Butragueño, Raúl, Verdasco, Alfonso, Baptista, Morientes, figo, Seedorf, Amavisca, Guti, Xabi Alonso, Karembeu, Arbeloa, Fernando Sanz y Solari.
Arsenal. Seaman, Cygan, Winterburn, Limpar Pires, Anelka, Louren, Pelour, Petit, Grimandi, Upson, Boa Morte, Campbell, Almunia, Eboue y Aliadriere.
El partido comenzaba y, a pesar de ser un partido benéfico con futbolistas veteranos que no se jugaban nada, la competitividad, y las ganas de ganar, de marcar goles y de deleitar a la afición, se encontraba presente en cada jugada.
El Real Madrid ejercía una fuerte presión, lo que le llevó a recuperar un balón en medio campo, que acabaría en un gran cabezazo de Raúl, tras un magnífico centro de Roberto Carlos y que convertiría el primer gol de la noche. El estadio se derrumbaba y el capitán del Madrid hacia su típica celebración, que tantas veces hemos visto en el fortín blanco.
El partido se ponía algo interesante y Boa Morte, a la contra, hacía el gol del empate para el equipo gunner, aunque no por mucho tiempo, ya que en el minuto 20´ de partido Guti volvía a desequilibrar la balanza.
Una vez en la segunda parte los cambios se sucedían, hasta seis cambios seguidos hacia el Madrid, mientras que el Arsenal lo tenía algo más complicado, debido a los dos lesionados de la primera parte, y a que los ingleses tenían seis menos futbolistas que los merengues.
Para ajustar números, Julio Baptista (que a lo largo de su carrera como futbolista también jugó en el Arsenal) se puso una camiseta roja y salió con el Arsenal. De poco le sirvió esto a los gunner, que no consiguieron hacer que el marcador se moviera. En el minuto 90´ el árbitro pitaría el final del partido, haciendo que la novena edición del CCM se quedara en casa.